Esa idealización que tengo
de vos bajo mis huesos
de tus ojos en total quietud
mientras me sonríes dulcemente
cuidando cada detalle
y absorbiendo cada lagrima
que cae de mi rostro
Esa mentira que crees de mí
que soy lo que no soy
que miro lo que no veo
duele más que cualquier aguja
de las miles clavadas en mi cuerpo
por cada vez que te admiro
desde acá